miércoles, 2 de febrero de 2011

Tradiciones

Vuelvo a escribir en este rincón tras un largo parón provocado por mi falta de tiempo libre y también por las pocas ganas que tenía, ¿para qué nos vamos a engañar?

Hoy, cuando no se por qué me ha entrado ya mono de semana santa, os traigo unas cuantas imágenes de mi semana santa, de la forma en que a mí me inculcaron esa tradición.
Pertenezco a la hermandad de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santo Cristo de la Buena Muerte y María Santísima de los Dolores (vamos, los capiruchos blancos de toda la vida). Dicha hermandad es el resultado de la unión de otras tres hermandades, cuyo origen mas primigenio se remonta probablemente al siglo XVIII.
 En 1791 se tiene constancia de la existencia de una procesión en jueves santo en Valverde donde Jesús Nazareno salía al encuentro de Nuestra Señora del Mayor Dolor, que salía de la capilla situada en los terrenos del actual supermercado Mercadona (sin musiquita de fondo).
La hermandad de los Siervos de María (los servitas) se refunda en 1859, de la cual tenemos documentos gráficos.
La hermandad de la Buena Muerte por su parte se funda en 1877.
Tras una serie de cambios en procesiones, imágenes quemadas en la Guerra Civil y otras vicisitudes, en la década de los 40 se produce una restructuración de la Semana Santa local, quedando con su configuración actual: dos hermandades con 3 pasos procesionales cada una de ellas. Es en ésta época donde se producen los grandes estrenos, de imágenes que se crean para restablecer el culto tras la guerra.
La familia Fleming Rodriguez donó la imagen del Nazareno actual, de Castillo Lastrucci, que se bendijo en 1940. Mi abuelo paterno tuvo el honor de ser Hermano Mayor desde el año 1953 hasta el final de la década, tras pertenecer a la Junta de Gobierno durante varios años.
De aquí la tradición pasa a la siguiente generación, donde se encuentran mi padre y mis tíos. Mi tio Ernesto Rodriguez también tuvo el honor de ser Hermano Mayor a finales de la década de los 70, cuando un grupo de jóvenes decide tomar las riendas de la hermandad a fin de recuperar un esplendor perdido tras varios años de decadencia.
 Mi padre tuvo el honor de ser el primer capataz de costaleros del paso del Nazareno, en el año 1976, con 18 años.

Es una época de gran ilusión en el seno de la hermandad, donde hombres como Américo Santos o Juan Marín Feria contribuyeron de manera decisiva a engrandecer la Hermandad. Se crean las cuadrillas de costaleros de la Virgen de los Dolores (1982) y del Cristo de la Buena Muerte (1984).


Aquí teneis una histórica foto de la Virgen de los Dolores vestida por primera vez a la manera hebrea, en la Cuaresma de 2007.


Aquí tenéis otra magnífica instantánea de Don Enrique Pérez Comendador, escultor de nuestro Cristo allá por  1943, que acudió a nuestra Parroquia para contemplar por última vez a su obra maestra en el verano de 1979.

Con el paso de los años fueron apareciendo nuevos miembros en nuestra familia, los cuales fuimos aprendiendo las tradiciones que nuestros padres nos fueron enseñando. ya desde pequeño queda bien claro que lo nuestro con la semana santa viene desde la cuna.


Copyright: Brother












Yo he llevado desde siempre con mucho cariño mi antifaz morado los Jueves Santo, y luego también los Miercoles Santo, por las calles de Valverde, para desde esa privilegiada situación poder hacer protestación de fé por las calles de nuestro pueblo. también tuve la suerte de estrenar el cortejo de acólitos cerifarios en el año 2007.


Ya en el año 2009 tuve también el honor de estrenar el ropaje de Pertiguero, con el que quedaba completo el cuerpo de acólitos de la hermandad. Doy gracias de paso a Alfonso Macias por la instantánea.


Así poco a poco los nuevos miembros de la familia se han ido incorporando a la celebración de estas fiestas y puedo decir que mi familia forma parte sin dudas del núcleo duro de mi hermandad, al menos en cuanto a número de efectivos se refiere.



Este año volveré si Dios quiere a formar parte del cortejo procesional de mi hermandad, bien sea de acólito o  recuperando mi querido antifaz morado, dando gracias un año más por poder formar parte de esta bella tradición y en lo personal por tantas cosas maravillosas con las que el 2010 me obsequió.