martes, 5 de abril de 2011

Semana Santa. El Recorrido. Parte II

Os traigo hoy el 2º Capítulo de nuestro recorrido por la Semana Santa. Si recordais nos habíamos quedado en San Esteban, donde el Señor del Buen Viaje esperaba a que le entregasen la cruz para comenzar el camino al calvario. Así pues, como os podreis imaginar, nuestro 2º Capítulo está copado prácticamente en su totalidad por la imagen del Nazareno. En total son 9 Nazarenos que representan prácticamente un mismo pasaje. Además tenemos otras imágenes que terminarán con Jesús en el Monte Gólgota. Empezamos.



Jesús de Nazaret recibe la Cruz de la Victoria en el Barrio del Porvenir. La Virgen de la Paz lo despide radiante en la mediodia del Domingo de Ramos. Es un Nazareno moreno, que tallara Antonio Illanes en 1940 que acepta la Cruz que le entregan mirando hacia el cielo, sabiendose Victorioso.



Desde la Ronda de Capuchinos llega Nuestro Padre Jesus de las Penas, de la cofradía de San Roque. Illanes realiza la imagen del Señor un año antes del anterior, en 1939. Viaja con paso firme, con la cabeza muy inclinada. Tiene reminiscencias del Señor de la Pasión de Montañés y su paso nos recuerda a nuestro Señor "del Santo" por dos cosas: por su canastilla y también porque un Cirineo ayuda al señor a llevar la Cruz.



Por la calle Castilla, en el barrio de Triana, sigue caminando el Nazareno de la O, obra de Pedro Roldán, de 1686. Porta una Cruz de Carey y Plata que sólo tiene 280 años de antigüedad. Lirios morados forman el manto del Señor a su paso el Viernes Santo sevillano.



Desde la Iglesia de San Vicente, no falta a su cita con el Miercoles Santo Nuestro Padre Jesús de la Divina Misericordia. Como su nombre hace ver, tiene un rostro de infinita dulzura,. Imagen tallada en 1640 por Felipe de Ribas, su caminar sereno sobre su paso barroco de plata de Ley nos transmite todo su mensaje: Misericordia.



Pero el camino al Calvario no iba a ser fácil, y Jesús, como en Jerusalen, cae en Sevilla Tres Veces. La primera es en San Isidoro. Nuestro Padre Jesús de las Tres Caídas es una obra de Alonso Martinez, que en el año 1668 finaliza su obra y posteriormente muere repentinamente. Un Cirineo portentoso, obra de Francisco Gijón, de 1687, ayuda al Señor a llevar la Cruz, para levantarse y seguir su camino.



Nuestro Padre Jesús de la Salud sigue caminando el Martes Santo por los jardines de Catalina de Rivera, llegando a la la Iglesia de San Nicolas de Bari. Los penitentes blancos de la hermandad de la Candelaria siguen a esta figura con túnica tallada, atribuida a Francisco de Ocampo en 1607, de tamaño pequeño, con las rodillas flexionadas, levantadose para seguir su caminar.



En su camino, varias mujeres le salen al encuentro de Nuestro Padre Jesús con la Cruz al hombro. Es la 6ª Estación del Via Crucis: Jesus reconforta a la Verónica, que le seca el rostro, el cual queda impregnado en su pañuelo (imagen muy popular en la Semana Santa Valverdeña). El Señor es obra anónima de finales del S. XVII. Portaba un Cirineo hasta principios del S. XX así como otras imágenes más que conformaban el misterio de la calle de la Amargura.



En la Madrugá sevillana procesiona un Nazareno, Moreno y Gitano, tallado por Jose Fernandez Andés en 1938, es el popular Gitano, Nuestro Padre Jesús de la Salud. Su cara transmite una bondad maravillosa, y sus andares a los sones de su agrupación musical son auténtico magisterio en el mundo cofrade sevillano. Una Madrugá nunca está completa sin el compás del Manué al amanecer en Sevilla.



Jesús cae por Segunda Vez. El peso de la cruz da con los huesos de Nuestro Padre Jesús de las Penas en el suelo. En la Iglesia de San Vicente, en un precioso rincón se recoge el Lunes ya muy tarde esta gran obra anónima de inicios del S. XVIII que mira hacia su derecha, portando una cruz de Carey en silencio, mientras la Virgen de los Dolores lo sigue , haciendo de sus Dolores sus Penas.



Pero Jesús tiene que seguir su camino, y una imagen portentosa es nuestra siguiente protagonista. Jesus surge más poderoso que nunca. Las siguientes tres imágenes son las mejores representaciones del Nazareno Sevillano, el arte de la imaginería elevado a la enésima potencia.
Nuestro Padre Jesús Nazareno retoma con fuerza su senda. Un camino de Silencio, con la cruz al revés, tal como hacen sus penitentes en la Madrugá del Viernes Santo. Desde 1608 esta portentosa talla de Francisco de Ocampo constituye el más antiguo nazareno titular de una cofradía sevillana, cofradía madre y maestra, fundada en 1340, hace la friolera de 673 años.



Un ratito antes se ha recogido en su Iglesia Colegial del Salvador la imagen de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, la obra cumbre del maestro Juan Martinez Montañes sobre 1615. Cuenta la leyenda que el Maestro, en vida, salía al encuentro de la cofradía por diferentes calles y decía: " es imposible que yo haya ejecutado tal portento". Hoy en día, Montañes sigue contemplando el descenso por la famosa rampa del Salvador de esta obra cumbre del barroco sevillano, de una belleza formal y majestuosidad incomparables. Va caminando sobre su no menos portentoso trono de plata. Hasta 1973 lo acompañaba un Cirineo, obra de Sebastian Santos. Como curiosidad, deciros que los faroles del actual paso de nuestro Nazareno de Valverde acompañaron al paso de Jesus de la Pasion hasta 1948, fecha en la cual fueron adquiridos por nuestra hermandad.



La última imagen que tenemos de Jesús erguido y decidido caminando por la calle de la Amargura es quizás la más portentosa y poderosa de todas. Fue tallado en 1620 y se atribuyó hasta 1930 a don Juan Martinez Montañés. Pero fue en ese año cuando el historiador Heliodoro Sancho halló el contrato de pago entre la hermandad y su verdadero escultor por la obra de un Nazareno y un San Juan, un 1 de octubre de 1620. Ese hombre es Don Juan de Mesa y Velasco. Impresiona el rachear de las zapatillas de sus costaleros que imprimen su caracteristica zancada a Nuestro Padre Jesús del Gran Poder. Impresiona su talla de 1.81 aún sin estar totalmente recto. Impresiona su rostro compungido y descarnado, que con el paso de los años fue adquiriendo ese tinte oscuro y tenebroso. Pero impresiona también la magnífica restauración que llevaron a cabo los hermanos Cruz Solís en 2006, que recuperaron un rostro dulce y piadoso que sólo los hombres de inicios del S.XX conocieron y que sigue transmitiendonos un Gran Poder.



Jesús cae por última vez en Triana. Cruzando el puente en la Madrugá viene el Señor de las Tres Caidas, obra anónima del S. XVII. Le marca el paso un Centurión Romano a caballo, que con sus andares típicos le confiere una indiosincracia peculiar a este Misterio. El Señor se encuentra abatido, prácticamente tumbado, consciente ya de que sus fuerzas se agotan.



Una vez llegados a la cima del Monte Calvario, Jesus es Despojado de sus vestiduras. Los alguaciles romanos y hebreos se preparan para clavarlo en la Cruz. La plaza del Molviedro se convierte en un mar de gente que contempla a Jesús implorando al cielo antes de ser crucificado. La Banda de Música de Valverde acompaña a la Señora de los Dolores y Misericordia en la tarde del Domingo de Ramos.



Sentado en una piedra, el Señor de la Humildad y Paciencia espera el momento en que va a ser crucificado. Se encuentra sólo y desamparado, aunque a finales del S. XIX lo acompañaran una serie de figuras secundarias que preparaban la cruz. Desde finales del S. XVII es titular de la hermandad de la Cena, que en mitad del bullicio del Domingo de Ramos nos propone una reflexion en silencio ante esta imagen desoladora de Cristo.



Terminamos nuestro viaje en la calle San Jacinto, donde Jesús de las Penas implora sentado a Dios Padre. Esta representación en la última antes de que la Cruz aparezca como compañera inseparable del cuerpo de Jesús hasta su muerte. Es titular de la Hermandad de la Estrella, fue tallado en 1655 y no fue hasta 1997 cuando se halló en el interior de su cuerpo un documento que confirmaba la autoria de Jose de Arce. Una bellísima obra, que cambió por completo los cánones escultóricos de la época y que nos sobrecoge por su fuerza y determinación.



En el siguiente capítulo nos ocuparemos exclusivamente de los 22 crucificados sevillanos, la imagen mas representada de toda la Semana Santa.